Ven; yo vivo de tu dibujo
y de tu perfumada melodía,
soñé en la estrella a que con un canto se podría
llegar
-te vi aparecer y no pude asirte, a turbadora distancia te llevaba
el canto
y era mucha lejanía y poco tu aliento para alcanzar a tiempo
un fulgor de mi corazón
-el que ahora estalla ahogado por alguna lluvia compasiva.
Ven, sin embargo; deja que mi mano imprima
inolvidable fuerza a tu olvido,
Acércate a mirar mi sombra en la pared,
ven una vez; quiero cumplir mi deseo de adiós.